En el fondo de la calle
En el fondo de la calle
los edificios mueren altos en el cielo celeste como la bandera. Lejos, muy
lejos se ve la esa casa de color de algodón de azúcar teñido. Los árboles,
algunos cerca y otros lejos, verdes y marrones como el otoño, nacen y
mueren.
Un edificio público se
traga hombres y mujeres que corren como
cheetas por la calle de cemento gris como las nubes. El olor repulsivo del humo de los autos, camiones y
colectivos. El ruido del tren que aturde a las palomas que vuelan en busca de
alimento por las calles pobladas de corredores de autos. Los oídos se aburren
de escuchar siempre los mismos insultos y quejas de los transeúntes.
Raúl Gonzales tuN(enie)on
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